Juan, era un niño que vivía con sus padres en una gran casa con jardín en el que jugaba todos los días después de la escuela.
En el mismo pueblo había otro niño, llamado Manolito, el cual vivía con sus padres en una pequeña casa de pueblo. La familia se dedicaba a trabajar en el campo. El pequeño les ayudaba en sus tareas, vendiendo en el mercado todo lo recolectado días anteriores.
Una mañana, Juan como todos los días se levanta con una enorme sonrisa, su madre le espera en la cocina con el desayuno preparado sobre la mesa.
Después se lava los dientes, se asea y se viste su jersey favorito…
Camino a la escuela, de la mano de su mamá, Juan muchos días observa como otro niño de su misma edad esta cargando cajas en un camión en lugar de ir a la escuela, cosa que le llama la atención y le pregunta a su mamá:
- ¿Qué hace ese niño mamá?
- Esta ayudando a sus papas a cargar cajas para ir al mercado.
- ¿Y cuándo va al cole?
- De momento no puede ir a la escuela, tiene que ayudar a sus papás.
- ¿Y por qué? …
Mientras Juan aprende una nueva lección en la escuela, Manolito carga las cajas de frutas hasta el camión.
A la salida de la escuela, Juan corre hacia su madre que lo está esperando en la puerta. Y juntos van hacer la compra al mercado.
Una vez allí, Juan ve a Manolito y le dice a su madre:
- Mamá, mamá mira el niño que no va al cole!
Entonces Juan se acerca al niño, y le pregunta:
- ¿ Cómo te llamas ?
Éste responde tímidamente: - Manuel, pero me llaman Manolito.
- ¿Por qué no vas al colé como todos los niños?
- Es que tengo que ayudar a mis padres para poder llevar dinero a casa.
Un día de mucha lluvia Juan acompañado de su madre iba a la escuela, y por el camino vio a una compañera de su clase, María, que iba sola por la calle empapada por la lluvia.
Juan le dice: - Maríaaaaaa ven que te tapamos con nuestro paraguas!
La niña se acerca tímidamente , y Juan le pregunta: - ¿Cómo es que vas sola al cole?
A lo q ella le responde: - Es que no tengo papás, vivo en un colegio de internados, donde me cuida gente muy buena pero no me pueden traer porque tienen mucho trabajo allí.
A la salida, un grupo de niños se quedan a jugar en el patio, uno de los niños le va preguntar a su padre si puede quedarse… a lo que el padre le responde gritando y agarrándolo fuertemente por el brazo: - ¡No!, tienes que venir ya, que tenemos prisa, no puedes quedarte.
El pequeño insiste, y el padre muy nervioso le da un azote. Juan se quedó asombrado con la situación que había visto.
Ese mismo día, al llegar a casa, Juan le cuenta a su madre lo sucedido a la salida del colegio en el patio.
La madre le comenta que ese padre no tiene derecho a gritar a su hijo de esa manera ni pegarle.
De pronto, Juan se funde en un enorme abrazo con su madre y le dice:
GRACIAS POR TODO MAMÁ.
GRACIAS POR TODO MAMÁ.
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